lunes, 13 de octubre de 2008

LA MUJER EN TIEMPOS DE ROMA ANTIGUA

A diferencia de los griegos, que tenían a sus mujeres en las casas y,
si tenían tiempo libre, no lo pasaban en familia, los romanos
sintieron un gran atractivo por la vida doméstica. La mujer aparece
como compañera y cooperadora del hombre romano; está al lado de él en
los banquetes, comparte con él la autoridad sobre los hijos y criados
y participa también de la dignidad que tiene su marido en la vida
pública. Pero esta libertad no impide que sea austera y reservada,
especialmente en la época republicana; incluso en el banquete la mujer
estaba sentada, no recostada, y no bebía vino sino mulsum (vino con
miel); en cualquier caso, está siempre en un segundo plano y así no
participa en la vida pública, en la política, en la literatura, ni
puede ser cabeza de familia.

La educación femenina era prudentemente liberal. En la época infantil
niños y niñas se criaban juntos; las escuelas elementales también eran
mixtas. Terminados los estudios primarios, las chicas de buena familia
continuaban instruyéndose privadamente en el conocimiento de la
literatura latina y griega; al mismo tiempo aprendían a tocar la lira,
a bailar y a cantar. Esta educación intelectual no impedía que la
mujer hiciese determinadas labores: vigilaba y dirigía a las esclavas, atendía los trabajos más delicados, bordaba, etc.


Para los romanos, el crimen más grande que podía cometer una mujer era
el adulterio, considerado no sólo un crimen de carácter moral, sino una traición para los dioses tutelares.


lunes, 6 de octubre de 2008